
el valle sagrado de los incas
CuscoUn paisaje que te transforma
Ubicado en el corazón de los Andes peruanos, a tan solo un corto viaje desde Cusco, el Valle Sagrado de Urubamba te recibe con cielos amplios, aire fresco y paisajes que invitan a bajar el ritmo. El trayecto ya es parte de la experiencia: campos llenos de flores silvestres, montañas de tonos rojizos y verdes bajo una luz cambiante, y pequeñas chacras dispersas entre los cerros.
Este valle fue el centro agrícola y espiritual del Imperio Inca, un territorio modelado por la naturaleza, la astronomía y una cosmovisión profunda. Aunque han pasado siglos, sus raíces siguen vivas: en los canales de riego que aún nutren los cultivos, en los andenes que siguen funcionando, y en las comunidades que mantienen sus costumbres al ritmo de las estaciones más que del reloj.
Muchos visitantes cruzan el valle rumbo a Machu Picchu. Pero al quedarse unos días, descubren un lugar lleno de historias, belleza y vínculos humanos. Es un destino que merece tiempo y atención por sí solo.
El comienzo
Al llegar a Cusco, lo más recomendable es dirigirse directamente al Valle Sagrado. La altitud es más baja que en la ciudad (alrededor de 2,800 m s.n.m.), lo que facilita el proceso de aclimatación. Se puede ingresar por dos rutas principales: Pisac o Chinchero, ambas con vistas espectaculares y paradas interesantes en el camino.
La mayoría de viajeros se hospeda entre Urubamba y Ollantaytambo, donde hay desde alojamientos familiares hasta hoteles boutique y ecolodges de lujo. Urubamba es ideal para moverse con facilidad y disfrutar de la gastronomía, mientras que Ollantaytambo ofrece la experiencia única de caminar por calles incas aún habitadas, con canales de agua que siguen fluyendo como hace siglos.
Vida en el valle
Los tres pueblos principales del valle son Pisac, Urubamba y Ollantaytambo. Pisac es vibrante, con uno de los mercados más coloridos de los Andes y un sitio arqueológico impresionante en lo alto de la montaña. Urubamba es más tranquilo y cómodo como base. Y Ollantaytambo conserva su traza urbana inca, con historia en cada rincón.
Más allá de estos centros, hay comunidades donde las tradiciones siguen firmes y los visitantes son recibidos con hospitalidad. En lugares como Socma, Huilloc, Lamay y Camicancha, Explorandes colabora directamente con familias locales para ofrecer experiencias culturales auténticas: caminatas, talleres de tejido, visitas a huertos y comidas compartidas que conectan de verdad.
Una parada ideal para iniciar este acercamiento es Awanacancha, un museo vivo cerca de Pisac donde se encuentran tejedores de distintas comunidades. Allí podrás conocer de cerca la historia del tejido andino y ver a los camélidos que lo hacen posible: alpacas, llamas, vicuñas y guanacos.
Historia viva
El valle está lleno de sitios arqueológicos que muestran el ingenio y la sensibilidad del mundo andino:
- Pisac, con sus terrazas agrícolas y centro ceremonial.
- Moray, con sus plataformas circulares diseñadas para experimentar con cultivos y microclimas.
- Maras, con más de 3,000 pozas de sal alimentadas por un solo manantial.
- Ollantaytambo, con una fortaleza imponente, canales, andenes y callejones originales.
- Chinchero, con su iglesia colonial sobre cimientos incas y una gran tradición textil.
Una excelente forma de recorrerlos es a través de experiencias como el full day Chinchero, Moray, Maras y Ollantaytambo, que combina patrimonio arqueológico, cultura viva y paisajes inolvidables.
El valle a tu ritmo
El Valle Sagrado también es perfecto para explorarlo de forma activa y cercana.
- Puedes hacer una ruta en bicicleta de Urubamba a Ollantaytambo, pasando por comunidades como Pachar y con una parada opcional en una cervecería artesanal.
- Desde el lago Piuray hasta Umasbamba, se puede pedalear entre terrazas agrícolas, visitar una comunidad y compartir un refrigerio.
- También está la opción de salir desde Cusco y llegar al lago Piuray en bicicleta, con picnic incluido y la posibilidad de practicar kayak o paddle board.
Si lo tuyo es caminar, la Caminata con llamas en el Valle Sagrado es una experiencia breve pero profunda, organizada junto a criadores locales. Incluye una caminata guiada, vistas de montaña y un almuerzo tradicional preparado bajo tierra (huatia), en un entorno de conexión y aprendizaje.
Y si te gusta la naturaleza, la actividad de avistamiento de aves en Urubamba permite observar más de 70 especies, incluyendo 20 tipos de colibríes, en un jardín ecológico gestionado por una familia local.
Descansar, comer y repetir
Lo ideal es quedarte al menos tres o cuatro noches para conocer lo esencial sin apuros y disfrutar también de momentos de contemplación.
En cuanto a gastronomía, hay mucho por descubrir. El Huacatay, en Urubamba, es un clásico de la cocina fusión andina. Chuncho, en Ollantaytambo, rescata recetas antiguas con insumos locales. Y MIL, cerca de Moray, ofrece una experiencia de alta cocina basada en la investigación y los ecosistemas andinos.
Con Explorandes, cada viaje se construye con conocimiento local genuino y años de experiencia. Sus guías no solo conocen los caminos: también conocen las personas, las historias y los rincones que transforman un viaje en algo verdaderamente especial.



